domingo, 2 de agosto de 2009

Mi otro yo

He tenido muy abandonado mi blog esta semana. Les diré por qué.

Como ya lo comenté, con la nueva ley española, por la cual los nietos de los españoles refugiados de la guerra civil, podemos obtener la nacionalidad. Hice mi cita, en enero, y hace 15 días empecé a juntar mis papeles. Mi mamá, gracias a Dios, había recolectado todos los requisitos de mi papá y de mi abuelo.

En el momento de sacar mi acta de nacimiento, me doy cuenta que mi nombre es "María Carmen Benita Bordes". Entré en shock. ¿Cómo era posible qué nadie se hubiera dado cuenta nunca? Así que para acabar pronto, ni siquiera soy mamá de mis hijos, no hablemos de mis estudios, mi RFC, IFE, etc. En definitiva soy otra persona.

Bueno me sentí Sybil. ¿Se acuerdan de esa película? Un muchacha con 16 personalidades diferentes. Así que de ahora en adelante, tendrán que preguntar con quién hablan, con Mari Carmen o María Carmen. De esa manera estarán seguros y no habrá confusiones.

Según recomendaciones del Lobo, corrí a sacar un nuevo IFE, después vería qué más hacer, hice una cola de mas de hora y media. Ustedes ya saben, que somos excelentes para la burocracia, nos pintamos solos. Tuve que rogarles a las personas que estaban ahí que me ayudaran. Pretendían que como no tengo ninguna identificación con ese nombre, llevara dos testigos, que vivan en mi casa con IFE, para atestiguar que sí soy yo.

Está por demás decir, que de dónde saco a esas personas, cuando mis hijos, que son los únicos que viven en mi casa, son menores de edad. No sé porque, pero al final se compadecieron de mí y me dejaron únicamente con mi acta de nacimiento, tramitar mi nueva credencial.

Varios días después, yo seguía sin estar conforme con lo de mi "nuevo" nombre. Desesperadamente, me puse a buscar en todos mis papeles, hasta que encontré una copia de una acta viejita. Sentí una inmensa alegría, créanme, cuando ví mi nombre, el nombre que siempre había usado. Buscando las diferencias con las otras actas, me percaté que estoy en dos libros diferentes, pero eso ya lo arreglaré. De momento lo importante era llamarme igual que todos mis documentos.

Así que el martes, tuve que ir a arcos de Belén a sacar copia certificada de mi acta, para poder después apostillarla, tal y como lo solicita el consulado español.

Corrí después al Archivo General de Notarías, para la apostilla, llegué a las 1030, recogían papeles hasta las 11. Pero como desconocía el monto a pagar en la tesorería, y por alguna razón, la tesorería en esa oficina ya no existe, me dieron la dirección de la más cercana. A 2 estaciones de metro.

Desgraciadamente, no pude regresar antes de las 11, por lo que tuve que regresar el miércoles.

El miércoles, me levanté tempranito, corrí a dejar a Ceci a su curso de Verano y recorrí el mismo camino del día anterior, llegué a tiempo para dejar mi acta, ya estando ahí, me avisaron, que me la entregaban el mismo día pero a la 1330. Por lo que lo mejor que se me ocurrió, fue ir al centro al sanborns de los azulejos, primero a desayunar y después a leer para matar el tiempo.

Finalmente, terminé con mis trámites y se supone que tengo listo todo para mi cita el jueves.

El día de hoy les platicaré que llevé a Ceci a un taller muy padre en Bellas Artes. Se suponía que iba a hacer alebrijes, pero el museo tiene una exposición de una pintora polaca Tamara Lempicka, que ojalá tengan la oportunidad de visitar. Es de la corriente de art deco. Por lo que encontrarán cuadros muy coloridos, con formas muy definidas y fondos geométricos.

El taller consistía en pintar con un títere que mueve sus extremidades como modelo, un cuadro de art deco. La otra opción, con el mismo modelo, vestirlo con retazos de tela muy al estilo deco. Ceci, por supuesto escogió la pintura, con pasteles hizo un cuadro muy bonito, lleno de color. Además se entretuvo un buen rato.

Me impresionó la cantidad de actividades para niños que existen en casi todos los museos del centro, cosas muy divertidas, diferentes y que además acercan a nuestros hijos a la cultura. Cosa que siempre he pensado es muy importante, porque además de educarlos y enseñarlos a sumar, restar, leer y escribir. Enseñarles que hay algo más, que llena el espíritu, es darles el mundo.

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