jueves, 2 de julio de 2009

Hoy fué un gran día para mí y como siempre me sucede me hizo pensar mucho en mi papá, en lo que hubiera pensado hoy, y seguramente del orgullo que sentiría. Así que hoy el el momento

Desgraciadamente

Con mucha tristeza que hoy todavía me hace llorar, tú ya no llegaste a ver terminado este trabajo que me costó esfuerzo, sudor y lágrimas.
¿Recuerdas aquel día? Sin saber porque habíamos quedado de desayunar en ese lugar de San Jerónimo, ni a ti ni a mí nos quedaba cerca de nuestras casas, pero ahí fue. Tu parecías un poco sorprendido de que yo hubiera tenido la iniciativa de pasar un rato tú y yo solos, pero al mismo tiempo se te veía feliz.
Yo por mi parte estaba nerviosa, todo el trayecto de mi casa al restaurante daba gracias a dios por haberme permitido estar ese día ahí. Hacía tan poco había pensado que te perdía que jamás pasaría otro día sin decirte todo lo que sentía por ti y poder compartir mis sueños contigo.
Me acuerdo que cuando yo llegué, tú ya estabas esperándome, como siempre tan desesperado, que estabas hasta de malas. Pero nada que una taza de café dejara de remediar.
Empezamos hablando de trivialidades, como el tráfico, el clima, el trabajo y poco a poco nos fuimos adentrando en cosas más importantes. Recuerdo que me preguntaste si ya le había encontrado el gusto a las ventas de seguros, cosa que abrió el panorama y te empecé a platicar lo desmotivada que me sentía haciendo eso, y que finalmente había descubierto lo que quería hacer. Te hablé de mi trabajo con los niños de la gimnasia del IMSS, de cómo a partir de ahí me había surgido la necesidad de hacer algo por ellos, y era por eso que estaba empezando a escribir un libro de meditaciones para niños. Recuerdo perfectamente tu cara, por un lado era asombro pero por el otro lado orgullo. Nunca me imaginé lo que instantes después me ibas a contar.
Empezaste a platicarme cosa que yo ya sabía, que de niño durante mucho tiempo tomaste clases de piano, que tu mamá te hacía practicar cinco horas diarias, no ibas a casa de ningún amigo ni tenías tiempo para jugar, y que llegó un momento en que te ofrecieron una beca para irte a estudiar a Austria, pero tus papás no te habían dejado.Tenías tan solo 12 años y la beca era por 3 años. Fue entonces que me confesaste que desde ahí tu vida había tomado un rumbo muy diferente al que hubieras soñado. Primero te volviste muy rebelde, estabas muy enojado sobre todo con tu madre. Y después no encontrabas en este mundo algo que te hiciera feliz. Corrías coches por una calle cerca de tu casa con amigos nada recomendables y más de una vez desbarataste un coche. Pero cuando tu mamá murió decidiste sentar cabeza por lo que hiciste lo que todos hacen, estudiar una carrera, buscar un trabajo, casarse y tener hijos, pero hacer todo eso no había llenado tu vida de felicidad, siempre había ahí un hueco. Fue entonces que comprendí muchas actitudes y acciones tuyas, fue cuando me dí cuenta que al haber troncado tus sueños, tus papás habían arrancado una parte de tu alma, y no habías tenido el valor de volver a buscar esos sueños.
Me acuerdo también que me platicaste de tus clases de metafísica y de la importancia que tenía la meditación en nuestras vidas, y que te sentías muy orgulloso de saber que aunque nadie en mi casa me hubiera enseñado a hacerlo, yo lo hacía y además entendía su importancia y tenía la necesidad de enseñarla a los demás.
Sabes, todo eso que me dijiste dejó en mí una huella imborrable. Porque cuando uno va a cambiar de profesión surgen muchísimas dudas, y tú con tus comentarios y experiencias me ayudaste a decidirme. Además ahora sin saberlo éramos cómplices en algo, los dos hacíamos si decirlo a nadie más lo mismo.
Desgraciadamente fue muy tarde para mí, o tal vez muy pronto para ti. Como siquiera imaginar que solamente nueve meses después tú ya no estarías aquí, tú dejaras este mundo sin sospechar la falta tan grande que me haces.
Todavía hoy puedo recordar el aroma de los molletes que desayunamos. El sabor del café y de tus últimos palabras. “Me enorgullece el saber que conoces tu camino. Aunque sea difícil decídete a seguirlo y sabes que cuentas conmigo” así es la vida, pero mi único consuelo es el que tú supiste la existencia de estas líneas, no de su devenir y del cambio que ha habido a través del camino, pero sabías y conocías mis sueños y si no los aprobabas del todo cuando menos estuviste allí para apoyarme en mis proyectos locos y en mis sueños. He tenido mil dudas de si lo que hago realmente sirve de algo o es solamente una pérdida de tiempo como me han dicho otras muchas personas. Como te lo dijeron a ti. Y sé que al final lograste ser feliz, pero cuanto tiempo tuvo que pasar para que tu vida fuera tranquila y llena de paz. Y yo soy mucho más desesperada que tú, yo no quiero que pase más tiempo, no quiero desperdiciar mi vida por darle gusto a alguien más.
Desafortunadamente este día que todos mis esfuerzos se ven coronados por atreverme a ser yo, tú mi aliado en este mundo ya no está, tú mi fiel compañero,maestro y amigo te adelantaste en el camino. Me acuerdo perfectamente como si fuera ayer como nos gustaba sentarnos juntos a escuchar música los domingos en la mañana. Fue durante esas mañanas que aprendí de instrumentos, compases y hasta historia, la derrota de Napoleón Bonaparte en Rusia con la 1812 de Tchaykovsky no hay nadie que la narrara mejor que tú.
Me tranquiliza saber que donde quiera que estés sabes y conoces lo que hay en mi corazón, porque después de ese desayuno al despedirnos nos abrazamos muy fuerte y solo logré susurrarte al oído lo mucho que te quería, el decirlo me quitó un gran peso y me llenó de paz, porque a pesar de siempre habértelo demostrado jamás te lo había dicho. Al separarnos quedamos de repetirlo alguna otra vez, pero esa estúpida enfermedad no permitió que nos juntáramos nunca más.
Tu cuerpo poco a poco se fue debilitando, primero dejaste de caminar, después de comer sin ayuda y asi hasta que tu cansado cuerpo se entregó a la más fría obscuridad.
Pero estas líneas son eternas y estarán allí para quien quiera conocer la historia de un hombre que al final encontró el valor de ser feliz.
Hasta mañana

No hay comentarios:

Publicar un comentario