martes, 14 de julio de 2009

Por fin pude verificar mi coche. Solamente el Estado de México tardó 13 días en darle mantenimiento al sistema de verificación vehicular, son ágiles y rápidos ¿No creen? Así que ahora sí puedo ir de aquí para allá por toda la cuidad. Sí la que olvidó verificar fuí yo, después choqué y se me pasó el período, pero también se pasan en cuanto a hacer los trámites más sencillos para los usuarios (osea todos) de los verificentros.
Gracias Ari, mi siempre amiga, por tus palabras, es reconfortante saber que siempre estás ahí, a mi lado, compartiendo mi vida, mis sueños y mis peores pesadillas. Sabes perfectamente que también estoy y estaré allí para tí siempre. A final de cuentas nuestra vida, alma gemela, sigue siendo tan parecida que hasta me asusta un poco.
Estoy sentada frente a la computadora, y pensando en qué escribir se cruzaron las fotos de mis cachorritos cuando eran unos bebés y pensé ¡Qué rápido se pasa la vida! Cuando nuestros hijos nacen, deseamos que crezcan rápido, porque las desveladas son tremendas, el vivir cambiando pañales, la dificultad de comunicarse con los bebés, sobre todo cuando es el primero. Después los famosos "terribles 2 años", donde hay que estar detrás de ellos, pero quieren empezar a experimentar por sí solos. Así se pasa la infancia y ni siquiera la notamos. Cuando nos damos cuenta llegaron a la "casi adolescencia" y es entonces cuando queremos que vuelvan mejor a ser bebés, porque están más seguros, porque sabemos dónde estan, qué hacen, etc. Pero el tiempo no regresa.
Mis hermanos y cuñadas, están en este tiempo de bebés y hoy me siento la anciana diciéndoles, disfrútenlos, bésenlos, cárgenlos todo lo que puedan, porque después llegas por ellos a la escuela y un "hola ma" de lejos es todo lo que les sacas, se acabaron los abrazos, los besos, las caricias. Todo es diferente, es otra etapa, a la que espero me adapte pronto, por mi salud mental. Pero que a final de cuentas duele.
El Ego sufre un fuerte revés, porque de ser la mamá la persona más importante en el mundo de los niños, ésta pasa a un segundo, tercero o quien sabe qué término. Sé perfectamente que es ley de vida. Comprendo que el trabajo como padres, es hacer a nuestros hijos independientes, fuertes y felices para que puedan enfrentar sus propias vidas.
Solo espero haber cargado y besado suficiente a mis niños, porque sé que de ahora en adelante, las cosas serán un poco diferentes. Pero cuando crezcan un poco más, noten que su mamá los amó sobre todas las cosas, y los seguirá amando, de la manera en que ellos lo necesiten y lo pidan.
Los amo Pepe y Ceci han sido mi motor para ser mejor persona y para enfrentar la vida con valor, coraje y determinación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario