domingo, 19 de julio de 2009

Harry Potter

El sábado llevé a mis hijos a ver la tan esperada película de la saga, va la número 6, ya casi lo logramos y sobrevivimos para que nos dejen de atormentar con estas películas.

Les he de platicar, que las primeras películas no fueron lo máximo, pero fueron aceptables y soportables. Pero ésta, verdaderamente no tiene nombre.

Es una historia sin pies ni cabeza, donde todo lo dejan verdaderamente a la imaginación, porque en ningún momento se nos aclaran las cosas, por ejemplo una escena donde Harry y el profesor Dumbledore tienen que encontrar un objeto donde está una parte del alma de Lord Voldemort, y así sin más Dumbledore, le explica a Harry que tiene que tomar ese líquido y todos los efectos del agua aquella, ¡Qué gran mago! Todo lo deduce de la nada ¿no? Y para acabarla ese objeto, ni siquiera tiene nada, los engañaron, entonces ¿Medio chafa el mago?

Los romances, son más fríos que la antártida. Dan verdaderamente lástima los intentos de hacernos creer el enamoramiento entre Harry y la hermanita de Ron y de éste con Hermaionie.

En las casi tres horas de película, no existe el suspenso o la acción, es muy lenta y aburrida. Así que yo les recomendaría no gastar su dinero y buscar otras opciones de diversión.

Sé que parezco el "grinch" de Harry Potter, pero fué decepcionante. Ni a mis cachorros les gustó. No le entendieron. Creo que merecemos como espectadores y clientes mejores películas.

Bueno una buena noticia, es que empieza la temporada de chiles en nogada. El año pasado no los probé, no me acuerdo ni por qué. Pero este año tengo que comer uno.

Los chiles en nogada me recuerdan mucho a mi abuelita Pepe, que en realidad se llamaba María, pero como su marido, mi abuelito (obvio), se llamaba José y le decían Pepe. Creo que cuando él murió uno de mis primos le empezó a decir así a mi abuelita. Bueno, la verdad es que ni me sé bien la historia. Pero algo así va.

Mi abuelita, fué la matriarca de la familia Bordes, todo giraba a su alrededor. Ella tomaba las decisiones de todos sus hijos, hasta que poco a poco se fueron cansando, y desgraciadamente para ella, al final, nadie le hacía mucho caso.

Fué la menor de 5 hermanos. No sé el nombre del mayor, porque seguramente no figuró mucho por la vida. El tío Rafael (aunque le decían Rafail, y los nietos siempre nos burlamos), que era médico, se llevó las palmas y el reconocimiento de toda la familia. Nunca lo conocí, pero ni falta hace, con todas las anécdotas, era como haber compartido con él gran parte de mi vida.

A sus dos hermanas sí las conocí, mi tía Mela y mi tía Nena. Fueron mucho más grandes que mi abuelita, así que no sé de donde aprendió a ser matriarca, si todos le llevaban muchos años.

Tuvo siete hijos, 2 hombres el mayor y el menor y 5 mujeres, mi mamá el sandwich, justo en medio. Manuel, Maruca, Marcela, Mela (mi mamá), Malena, Marisa y Luis. Claro todos le decían Muis, para que combinara con los demás.

Por motivo del Santo de mi abuela, se hacían siempre los chiles en nogada. Era todo un acontecimiento. Al principio, todas las hijas se juntaban en casa de la abuela, para hacer los chiles. Una vez que vivió en una casa más chica, se juntaban en casa de Malena.

Siempre, las hermanas, se sintieron muy orgullosas por la "receta" de los mencionados chiles. Ya que no había ningún lugar donde los hicieran como ellas. "El secreto está en que la carne de puerco del picadillo no es molida, se cuece y se corta en pedacitos muy finitos", decía mi mamá.

He de decirles que sí, verdaderamente eran espectaculares, todo quedaba siempre perfecto. Con el tiempo, mi abuela ya no está, así que la reunión para hacer los chiles, ya no existe. Cada familia los hace como quiere y puede, si es que todavía los hacen.

Mi mamá que heredó mucho a mi abuelita Pepe, sigue haciéndolos. La diferencia, es que nadie los quiere capeados, en esta época comer algo capeado es un insulto y no existe quien se atreva a meter a su cuerpo esa cantidad de grasa. Además en mi casa no les gustan a mi hermana, no estoy muy segura si a mis hermanos. Así que quedamos mi mamá y yo. Por lo que este año veo más remota todavía la posibilidad de comer uno de esos chiles de mi niñez.

Yo aprendí a hacerlos, pero mis cachorros, por supuesto ni siquiera se acercan a olerlos, no vaya a ser que se envenenen. Y después el tiempo ha sido cada vez menor. Así que mucho agradeceré, que si alguien conoce un buen lugar para comerlos me invite, o cuando menos me digan donde.

Son tradiciones que como muchas se han ido perdiendo y que valdría la pena retomar. Finalmente son platillos muy mexicanos. Con un colorido espectacular y un sabor inigualable.

1 comentario:

  1. Es maravillosa la manera de combinar a Harry Potter con los chiles en nogada de la abuelita Pepe. Mis parabienes y aullidos a la maravillosa Escritora que te estás convirtiendo.
    Aullidos y besos para ti.

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